El cartero de Carcassonne
"Meepletter 2"

por Joaquín Calzado

Bienvenidos a este segundo boletín de "El cartero de Carcassonne" denominado MEEPLETTER (Meeple-letter). Si te perdiste el primer boletín puedes verlo online DESDE AQUI.

En esta segunda oportunidad, os traigo noticias frescas sobre el más que probable torneo clasificatorio 1vs1 de Carcassonne que voy a organizar en San José de La Rinconada (Sevilla) gracias a una papelería-librería distribuidora de Devir en dicha localidad.

La ubicación más que probable de este evento sería el Club de Ajedrez San José, del cual he sido jugador y presidente años atrás. La fecha será un sábado entre marzo y mayo aun por cuadrar, ya que hay que evitar la coincidencia con festividades como la Semana Santa, la Feria y otros torneos clasificatorios en la provincia.

Contaremos con relojes de ajedrez para el control de tiempo y la dirección técnica (que incluye arbitraje) correrá de mi parte.

Os iré informando convenientemente.

Ver listado de torneos clasificatorios ya inscritos.

Aquí disponéis de una instantánea del hall del Centro Cultural de La Villa, en San José de La Rinconada, donde organicé mi primer torneo de órdago en ajedrez.

 

Las anteriores competiciones que estuvieron a mi cargo fueron de índole local y habían concentrado un menor número de jugadores. Pero en cuanto la participación es abierta al público y la cifra supera los 60 o 70 inscritos, la logística y la gestión del torneo se complican y hay que tener muchas cosas a la vista.

 

Aunque tranquilos: tengo experiencia sobre ello y que, junto a mi condición de árbitro provincial de ajedrez, me permitirán llevar este clasificatorio a un muy buen nivel que pueda servir a otros organizadores y tiendas a ser tomado en cuenta.

 

No obstante, la previsión para este evento es de no más de 16 jugadores. Aunque he tenido en cuenta la posibilidad de superar esta cifra, por lo que estoy barajando intencionadamente la cobertura de un espacio público de mayores dimensiones.

 

En cuanto disponga de más información seréis los primeros en conocerla.

Os dejo la última entrada del Blog "Carcassonne Connection" donde hago un listado de los episodios de Meeple Podcast relacionados con: mesas de debate o coloquios. Muy interesante.

AH. Mesas de debate / Coloquios
Tengo que expresar, que una de mis inquietudes para con el podcast y la divulgación del juego estriba en buscar puntos conexos de opinión donde cada uno tenga la oportunidad…
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Próximo capítulo de Meeple Podcast

90. (T3) Osvaldo Del Arco, la entrevista

Domingo 26 febrero 2023 - 09.00h

En este episodio del podcast entrevisto a Osvaldo Del Arco Juárez, tetra campeón de México y último exponente de su país en el Campeonato Mundial de Essen (Alemania).

 

Fue el primer clasificado en la fase previa cuyo formato fue un Sistema Suizo. Ganó 5 partidas de 5. Inmediatamente después, en la segunda fase de Playoffs, cayó ante el noruego Hogne Jorgensen (hognej, en BGA).

 

En esta entrevista, Osvaldo nos da la exclusiva de su retirada del Carcassonne competitivo tras 10 años al máximo nivel.

 

No te la pierdas.

 

Y no te pierdas tampoco un episodio que saldrá, casi con total probabilidad, el próximo lunes 27 feb'23 y sobre el cual NO puedo adelantar aun nada. Es una exclusiva internacional, una convocatoria.

Osvaldo Del Arco es un reconocido jugador de Carcassonne competitivo que, además, trabaja en una tienda de juegos en la ciudad de México y ha formado parte del equipo nacional online estos últimos años, aunque su última participación (a pesar de su inscripción) estuvo marcada por su ausencia casi plena en esta competición.

 

En este vídeo puedes ver una breve entrevista con Osvaldo en el propio Festival de Essen, para el canal de Youtube 'Cidade Curiosa'.

 

Y en este otro vídeo puedes verlo jugando con Ariel y El Pitufo, streamers argentinos.

 

Y éstos son algunos consejos para principiantes de Osvaldo en el canal de su amigo Antonio León, desde cuyo domicilio se conectó para realizar la entrevista en Meeple Podcast.

Ajedrez y Carcassonne

Artículo de opinión de mi cosecha que fue publicado a medias en la Newsletter "La Última Loseta" que es un boletín que nació a finales de septiembre de 2022, pero cuyo autor no ha dado continuidad al proyecto. La expongo aquí al completo:

Haciendo caso de la propuesta de mi amigo Miquel, voy a escribir mi primer artículo en este emocionante y novedoso camino de la Newsletter que ha venido a denominarse "La Ultima Loseta".

Y voy a intervenir, en esta primera oportunidad que se me brinda, haciendo un análisis comparativo entre el Ajedrez y Carcassonne, que no pretende ser exhaustivo.

Bien conocido es que provengo del mundo de los 64 escaques, como se le conoce (entre otras muchas expresiones) al juego de lucha medieval cuya contienda tiene lugar entre caballeros, alféreces, soldados, reyes, damas y torres dentro de un tablero cuadrado de 8 casillas de lado.

He sido jugador federado, presidente de mi club, árbitro y organizador de torneos, monitor de ajedrez y "conseguidor" de subvenciones, patrocinios, participantes y todo aquel o aquello que fuera susceptible de aportar un granito de arena a las tareas de las que me había o habían investido. Pero también divulgador del juego y de nuestro saber hacer dentro y fuera del club, irradiando pasión y contagiando al entorno, tanto a los neófitos de este apasionante pasatiempo como a los colectivos con que compartíamos afición, "repartiendo" (si se le puede llamar así) este sentimiento sano y haciendo gala de él.

En el lado oscuro, lo único que contamina al ajedrez son los egos personales dentro de los colectivos, algo que también sucede en Carcassonne. Más allá del hecho de disponer, indudablemente, de mentes brillantes y a la vez excéntricas en nuestras comunidades de aficionados, nos encontramos con disparidad de aromas personales de los diferentes eneatipos que existen (algo que es absolutamente normal), pero que si no convergen en el entendimiento y la pluralidad, las relaciones entre sus miembros desembocan irremediablemente en el individualismo, no entendido como un "esto lo hago yo" (porque cada cual es libre de hacer lo que quiera) sino interpretado como un "yo percibo el colectivo, no como lo que es, sino como lo que yo quiero que sea". Y esto es un error de magnitud colosal que termina generando un terremoto que tarde o temprano se lo lleva todo por delante, difuminando las propuestas y las verdades comunes intrínsecas a la meta conjunta del grupo.

Pero el Ajedrez y Carcassonne guardan otros parecidos importantes. Al juego de las 72 losetas le hace pasar desapercibida su estrategia profunda (que la tiene) debido a la simplicidad de la mecánica de su juego y el hecho mismo de disponer de cierto azar que lo condiciona a estar entre los juegos denominados de "información incompleta", es decir, aquellos cuyos parámetros no pueden ser controlados ya que no dependen de uno mismo, sino de la aleatoriedad. Esta parte, que parece que es el motivo de disgusto de muchos jugadores de Carcassonne (aun sabiendo a lo que se exponen) es lo atractivo del juego en contraposición al ajedrez donde hay que contar con calcular las posibles variantes de su desarrollo en función de las diferentes combinaciones existentes entre movimiento propios y del adversario.

Un jugador, solo de Carcassonne, puede encontrar un juego más sólido en el ajedrez, aunque demasiado aguerrido y condicionado a los propios conocimientos y experiencia.

El mismo jugador, pero ajedrecista, puede encontrar en Carcassonne, o bien un juego banal condicionado a su suerte, o bien un estupendo entretenimiento que no depende de una intensa y sesuda sesión de cálculo y, al mismo tiempo, un juego con similitudes en el plano táctico y estratégico que no lo aleja de su juego milenario favorito sino que le abre la mente a otras posibilidades.

A nivel de competición, el parecido aun es mayor ya que el desgaste mental entre uno y otro es inherente al esfuerzo cognitivo que hay que hacer para concebir las posibilidades y combinaciones de movimiento con cierta profundidad (en Ajedrez) y la probabilidad de que salga una loseta y cuántas quedan o necesito y el lugar idóneo para su ubicación (en Carcassonne).

Pero también dentro de la competición, y a efectos puramente organizativos, creo humildemente (y me parece tangible) que el Ajedrez, mucho más profesionalizado, saca enorme ventaja a Carcassonne. Entiendo las diferentes posturas acerca del tipo de juego, pero no es su mecánica ni su objetivo el argumento para establecer el sistema de competición o el uso de relojes de control en cada turno de los participantes sino las necesidades que refleja el formato 1vs1 a la hora de quedar emparejados los jugadores para con las subsiguientes rondas cuando se le quiere conferir a dicha competición de un status de equidad en términos de "condiciones similares" para todos los jugadores. Para mí esto requiere de la participación del reloj como elemento de control y del sistema suizo como método de confección de los enfrentamientos, continuación entre rondas y clasificación tras los resultados de cada una de ellas, sobre todo cuando no es posible un sistema de competición "todos contra todos" (liga o round robin).

En cualquier caso, la novedad atrae. Y siendo el Ajedrez un juego con mucha historia, no quita que Carcassonne haya venido para quedarse. Pero quienes ostentan la capacidad de convertirlo en un juego de éxito competitivo deben establecer si su prioridad es la puramente económica o, también, la educativa, divulgativa y competitiva (me refiero a los editores y distribuidores).

Dentro de las posibilidades educativas, Carcassonne también tiene mucho que decir. Diría que muchos juegos de mesa pueden intervenir aportando cosas positivas para el desarrollo de habilidades y valores en nuestra sociedad.

Para mí, el ajedrez es insustituible. Pero también Carcassonne se está convirtiendo en esto: un juego sin parangón. Cada uno tiene su sitio.

Además, Carcassonne tiene una gran capacidad de reinventarse: juegos 1vs1, juegos familiares, con expansiones, spin-offs, doble juego básico, por parejas, etc.

En lo que hay un abismo entre el juego de las 64 casillas y el de las 72 losetas es en la concepción del primero como un deporte federado adoptado por el Comité Olímpico Internacional donde rigen unas leyes únicas de competición a todos los niveles y estamentado en rangos internacionales, estatales, autonómico/regionales y de ámbitos local/municipal, subvencionado y dirigido por entidades al servicio público donde, en contraposición, el juego que instauró la figura del Meeple no dispone de características estatutarias, sin ánimo de lucro, ni forma parte de programas escolares (tal vez lúdicos en la escuelas o actividades extraescolares) y su situación no se halla en una posición en la que nadie puede exigir nada a ninguna entidad salvo la garantía del producto adquirido al propio distribuidor del juego.

Lo que me gusta del ajedrez es la libertad personal para el jugador y el anonimato de su creación, en oposición a la cadena de derechos de autor que conlleva Carcassonne como juego moderno que es, entregado de pleno a su correspondiente copyright.

Lo que me gusta de Carcassonne es el regreso a la niñez, al disfrute, a la flexibilidad del destino marcado por la Diosa Fortuna, por momentos, unido a unas habilidades inherentes al 'saber hacer' durante el desarrollo de la partida, en oposición a la rigidez del ajedrez desde el minuto cero y la clara necesidad de un conocimiento cada vez mayor y, a cada paso, más insuficiente.

Lo que me fascina de ambos es su táctica y su estrategia, porque se aleja de su simplicidad inicial aparente. Y disfruto de su caracter lúdico y, por supuesto, educativo.

Lo que he descubierto de ambos, que no solo no me agrada sino que rechazo de plano, es su conversión al hastío competitivo en cuanto genera cierto estupor social respecto de la rivalidad mal entendida, es decir, cuando viene de la mano del ego y de la soberbia.

Pero el devenir de la historia ha traído consigo siempre una revuelta, una afrenta
al poder establecido, y la adaptación a los nuevos tiempos.

El futuro no está escrito. Por el momento, Ajedrez y Carcassonne, Carcassonne y Ajedrez, son dos mundos diferentes. Aunque, en el fondo, no tanto como cabría esperar.

Nos vemos en el próximo 'Meepletter'.

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