En un lugar de la Mancha, de cuyo nombre no quiero acordarme, nació un apellido sureño, de los de lanza y hechura reconquistadora. Tal apelativo le confiere presencia a su portador, vallisoletano, y al que ahora aguardamos en este episodio, quien cabalga con arte antiguo sin que yo tuviese consciencia previa antes de nuestro encuentro. Creíalo un aprendiz y resultó ser un caballero de adarga añeja Carcassonnera. Más longevo de lo que habituase a creer antes de convidarlo, incluso antes de los eventos interfronterizos en la gran Germania allá por los octubres que desde 2006 cubren con osadía nuestro esparcimiento losetero. Aténganse a oír lo que nos viene a narrar este ensoñador, gran visionario (aunque de parca percepción ocular). Detengamos el tiempo en este capítulo 199 y hágase aquí… nuestro telonero del episodio 200.